Adolescentes víctimas del porno deepfake

Internet es un salvavidas para millones de personas en todo el mundo. Pero también puede ser peligroso. Según una encuesta mundial publicada el año pasado, más de la mitad de las niñas y las jóvenes afirman haber sufrido algún tipo de acoso o abuso en Internet.

Para algunas, esto ha incluido ser el blanco de extorsión por compartir fotos suyas desnudas. Otras han sufrido abusos digitales por parte de sus parejas o ex parejas.

Lo que hay que saber

Las adolescentes pueden ser increíblemente vulnerables al acoso, la intimidación y el abuso en el mundo digital. Ya se trate de alguien que se aprovecha de tu sexualidad, de tu perfil en las redes sociales o de un ex novio que filtra imágenes privadas a otras personas, estas acciones tienen consecuencias reales, tangibles y desgarradoras.

Una forma de acoso con la que probablemente estés familiarizado es la pornografía vengativa o pornovengaza, que consiste en compartir de forma no consentida fotos y vídeos íntimos. Puede ser una forma de ciberacoso y suele ocurrir en sitios como Yik Yak, Finstas, Kik, Snapchat o Tinder.

Pero una nueva e inquietante forma de acoso es cada vez más común en el mundo digital: el deep fake porn, que utiliza IA y aprendizaje automático para poner las caras de las personas en vídeos clasificados XXX sin su consentimiento. Es una forma aterradora de violencia de género contra las mujeres que algunos grandes creadores y YouTubers están convirtiendo en un arma.

No es algo nuevo, pero se ha vuelto mucho más común en los últimos años a medida que la tecnología se ha vuelto tan fácilmente accesible. Por ejemplo, sitios como Fan-Topia y MrDeepFakes permiten a cualquiera subir una foto y hacer que su rostro aparezca en escenas sexuales con sólo pulsar un botón.

Salud mental

Y aunque estas aplicaciones no son ilegales, pueden suponer una violación a tu intimidad y una amenaza para tu seguridad. Esto es especialmente cierto para las mujeres jóvenes que luchan contra diversos problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión.

Si has sido víctima de acoso, y te sientes insegura en casa, puedes pedir a tus padres que hablen con la policía al respecto. Además, pueden remitirte a una organización que te ayude a buscar justicia.

Considera la posibilidad de presentar una denuncia ante la empresa de redes sociales que utilices, como Facebook o Twitter, o ante la policía local. Si encuentran pruebas, es posible que puedas presentar una denuncia formal y recibir una indemnización por tu sufrimiento.

También puedes ponerte en contacto con un abogado si sospechas que alguien ha estado creando vídeos falsos con tu imagen. En Texas, Virginia y California se han aprobado leyes que prohíben los vídeos falsos, pero se siguen haciendo a diario. Las capturas de pantalla pueden permanecer en línea incluso después de que te hayan retirado un vídeo explícito.

Lo que puedes hacer

Cuando eres una adolescente, puede ser difícil escapar del acoso, la pornovengaza y la pornografía deepfake. Estos tipos de abuso online pueden afectar a tu salud mental y a tu capacidad para sentirte segura en tu vida social.

Puedes tomar medidas para ayudarte a ti misma y a otras adolescentes a escapar del acoso, el porno de venganza y el porno sexual deepfake. Una de las cosas más importantes que puedes hacer es concienciar sobre este tipo de abuso y educar a la gente sobre cómo es.

Otra cosa que puedes hacer es acercarte a comunidades online y decirles que estás preocupado por un amigo o conocido que se ha visto afectado por este tipo de acoso sexual. Muchas personas te ofrecerán su apoyo, lo que puede ser de gran ayuda.

Si te sientes especialmente angustiado por este tipo de acoso, intenta hablar con alguien de confianza que pueda ayudarte a gestionar tus emociones. Puede ser un amigo, un familiar o un consejero. Los adolescentes también pueden prevenir este tipo de violencia creándose una imagen positiva en Internet y siendo conscientes de sus límites.

Alza la voz

También puedes implicarte en la lucha contra el abuso sexual ofreciendo tu tiempo y tus recursos a una organización sin ánimo de lucro que apoye a las personas que sufren violencia contra la mujer.

Organizaciones como el Centro Nacional contra la Violencia hacia las Mujeres, Safer Space y GLAAD están disponibles para ayudar a los jóvenes a denunciar los abusos sexuales en línea y apoyar a las víctimas de este tipo de violencia online.

La forma más común en que los jóvenes se ven afectados por la violencia contra las mujeres es a través de las redes sociales y las comunidades en línea. Por desgracia, se sabe que estos espacios son los más virulentos a la hora de promover este tipo de abusos.

Los jóvenes que son víctimas de este tipo de abuso sexual deben aprender a afrontarlo y encontrar la manera de superarlo. Hay muchas herramientas que ayudan a los adolescentes a gestionar sus sentimientos, como el refuerzo de la autoestima, el apoyo de las redes sociales y el asesoramiento psicológico.

Lo que no se puede hacer

Para las adolescentes que escapan del acoso, la pornografía vengativa y porno deepfake, es esencial entender qué puedes y qué no puedes hacer para obtener la ayuda que necesitas. Las opciones legales varían de un país a otro y dependen de la antigüedad del contenido almacenado en línea.

Es imprescindible guardar todas las pruebas, incluidas las capturas de pantalla de las imágenes y vídeos comprometedores, los chat porno y cualquier otra cosa que pueda añadir contexto a la situación o identificar al autor. Cuantas más pruebas tenga, más fácil le resultará recurrir a la justicia.

Involucrar al sistema judicial puede ser contraintuitivo. Aun así, sería útil actuar lo antes posible. Cuanto más espere, más tiempo pasará antes de que pueda reunir pruebas suficientes para llevar al agresor ante la justicia.

El pornovengaza es una forma de abuso sexual y misoginia grave, ya que puede hacer que las víctimas se sientan violadas y avergonzadas. Como resultado, a menudo se sienten impotentes y temerosas, lo que repercute en su salud mental y en su vida cotidiana.

Además de fotos íntimas comprometedoras, los sitios de pornovengaza pueden publicar información privada de la víctima. Esto puede incluir su número de teléfono, dirección de correo electrónico, ubicación, etc.

Inteligencia artificial

Otra tendencia preocupante son los sitios web que utilizan tecnología de aprendizaje automático y reconocimiento de imágenes para buscar información personal de la víctima. Se ha descubierto que estos sitios incluyen cientos de fotos de los perfiles de redes sociales de la víctima, así como su nombre, ubicación y carrera profesional.

Es una situación problemática para las víctimas, pero hay varios recursos disponibles para ayudarles a navegar por sus experiencias. Por ejemplo, la Iniciativa Cibernética de Derechos Civiles ofrece información sobre cómo denunciar una violación de tus derechos y qué puedes hacer al respecto.

Además, el sitio web cuenta con una línea directa de crisis 24 horas y recursos de apoyo para víctimas de fuera de Estados Unidos.

El sitio web de la CCRI tiene una lista de servicios de apoyo en cada país. Del mismo modo, Without My Consent y End Revenge Porn ofrecen asesoramiento y materiales a las víctimas de abusos en línea, con enlaces a grupos locales y ayuda legal disponible.

Recursos

Si eres una adolescente acosada con pornovengaza o deepfake porn, puede que te sientas impotente. Las imágenes que has visto en Internet pueden ser difíciles de eliminar, e intentar que las retiren puede ser emocionalmente devastador.

Muchas víctimas quedan tan traumatizadas por sus experiencias que deben buscar un terapeuta. Además de buscar ayuda de un terapeuta, también deberías ponerte en contacto con las autoridades para denunciar tu caso. Esto puede ser útil porque en algunos países, como Estados Unidos y el Reino Unido, es ilegal publicar fotos tuyas sin consentimiento.

En Estados Unidos, 46 estados prohíben de algún modo la pornografía vengativa. Sin embargo, sólo Virginia y California tienen leyes que abordan la pornografía falsa no consentida.

Los investigadores han descubierto que un gran porcentaje de los vídeos deepfake en línea son porno no consentido, y en la mayoría de ellos aparecen mujeres. Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres famosas e influyentes, dice Adam Dodge, cofundador de EndTAB, una organización sin ánimo de lucro que educa a la gente sobre el abuso facilitado por la tecnología.

El problema del porno falso de famosos existe desde hace años.

Sin embargo, con los avances en la tecnología de intercambio de rostros por IA, es más fácil que nunca crear falsificaciones profundas de cualquier mujer, sean chicas cam o no. Desgraciadamente, por eso este tipo de abuso en línea es cada vez más común.

Según Sensity AI, que rastrea y analiza vídeos deepfake en Internet, el 90 por ciento de ellos son porno no consentido. Además, muchos sugieren que el abuso en línea podría contribuir significativamente a la violencia contra las mujeres.

Lo mejor que puedes hacer si eres víctima de abusos sexuales basados en la imagen es desarrollar fuertes habilidades de afrontamiento y tomar medidas. Dependiendo de tu situación, puede que necesites cambiar tu nombre o tomar otras medidas para protegerte de las repercusiones de que se compartan o distribuyan imágenes tuyas sin tu consentimiento.

¿Hubo dos golpes en Turquía?

Turquía es un país interesante. En un lugar en el que, contando el intento de golpe de estado del 15 de julio, se han experimentado cinco golpes graves, el concepto de “golpe de estado” se está aplicando a lo que cada persona quiere. La variedad de usos del concepto de “golpe” es sólo comparable a la variedad de usos del concepto de “fascismo.”

Del mismo modo que hoy día a menudo se utilizan términos como “fascismo civil”, “fascismo militar”, “fascismo colonial”, “islamofascismo” o “fascismo abierto”, en cuanto a los golpes escuchamos “golpe civil”, “golpe de estado islámico” o “golpe de palacio”.

Esta no es la realidad.

Un golpe de Estado es un proceso militar. No se puede suavizar. Los golpistas no se pueden comparar a los políticos que son objetivo de los golpes y de mucho porno gratis, incluso si esos políticos están poniendo en práctica las políticas de derechas más despiadadas. Un golpe militar no se puede comparar con un régimen parlamentario autoritario. La cuestión aquí es que un conflicto entre un parlamento y un golpe de estado, no es un conflicto entre poderes equivalentes. No importa cuánto de derechas, no importa cómo de corruptos sean los partidos de gobierno, un parlamento representa una democracia y eso no se puede comparar con un golpe militar.

La democracia y el parlamento como plataforma para la democracia es la expresión y el logro de la lucha de las oprimidas y de la constante batalla para conseguir derechos desde abajo. Si bien la lucha desde abajo ejerce una presión para mermar las limitaciones a la democracia, el ala derecha y la clase dominante burguesa, los partidos racistas o de centro-derecha, e incluso los partidos socialdemócratas, presionan para restringir la democracia. La amplitud de la lucha desde abajo y su capacidad para hacer permanentes sus logros, pueden disminuir la presión de la clase dominante. Pero un golpe militar es algo totalmente diferente. Si el golpe hubiera triunfado, luchar contra ello habría sido como luchar con los pies y las manos atadas, con los ojos y la boca selladas de ver tanto hentai gratis.

Hay una diferencia radical entre un espacio político en manos de las fuerzas armadas y un espacio político controlado por el poder ganado en elecciones. Mientras que en este último es posible ganarse a las bases para obtener victorias políticas, usar la astucia para tomar ventaja con la dinámica social, lograr demandas concretas y ganar, con los militares en el poder, ellos son capaces de abolir la resistencia de masas mediante la prohibición de las ideas, las protestas, la libertad de expresión y de organización en todos los espacios. Implementarían una prohibición temporal de todas las organizaciones que siguieran luchando para conseguir derechos.

¿Qué significa esto? Significa que el 15 de julio el conflicto no pivotó entre dos golpes. El 15 de julio, los golpistas atacaron a personas elegidas mediante el voto popular, y aunque tengan tendencias autoritarias, estén forzando un sistema presidencial y desgastando las prácticas democráticas, el Parlamento y los mecanismos democráticos deben ser protegidos. Ellos [los golpistas] mataron a personas que resistieron al golpe de estado para hacer cumplir su voluntad.

A lo que nos enfrentamos no es a dos golpes diferentes.

Sólo un golpe de estado se llevó a cabo el 15 de julio. Es muy importante que este golpe fuera derrotado. Es muy importante tratar de influir en el movimiento xxx que derrotó al golpe. Es crucial oponerse al golpe, conectar con las masas que salieron contra el golpe, avanzar y organizar a los movimientos que les afectarán con tal de derrotar totalmente a los golpes y resistir a las tendencias autoritarias, para resistir al aumento de las limitaciones a la democracia, para garantizar un retorno al proceso de paz, y para reducir el apoyo a las tendencias autoritarias.

Con el fin de evitar los golpes, de tomar medidas radicales del porno español que cambien todas las estructuras del sistema educativo, el contexto político y el Estado que produce golpistas, tenemos que luchar hombro con hombro contra cada golpe. En esta lucha podemos hacer retroceder las tendencias autoritarias y el estado de emergencia.

Sobre Mariló Montero: abriendo la caja del machismo-leninismo

Hace unos días, Okdiario filtraba una serie de mensajes de Telegram que habían sido intercambiados por la cúpula de Podemos, entre los que se incluía una conversación de Juan Carlos Monedero con Pablo Iglesias. En esta conversación, el secretario general del partido “bromeaba” sobre Mariló Montero, alegando que “la azotaría hasta que sangrase”; afirmaciones que han llevado a la presentadora de TV a denunciar a Iglesias ante el Instituto de la Mujer. Las reacciones por parte de los medios y las redes sociales no se han hecho esperar, abriendo multitud de debates. Uno de ellos ha sido el derecho a la intimidad y sus potenciales límites en el terreno de la política, cuestión ya abarcada cuando salieron a la luz las escuchas ilegales de Garzón o los mensajes de Rajoy a Bárcenas, aunque la respuesta por parte del público “de izquierdas” ante estas filtraciones fuera bastante diferente a la actual. Tampoco los medios son neutrales en ese sentido, por lo que cabría hablar de la intencionalidad de éstos y de los poderes ante los que responden en cada momento.

Okdiario, que hoy hace sangres a costa de las polémicas declaraciones de Iglesias, es un medio que cuenta con el viral Álvaro Ojeda como colaborador. Este individuo, que encontró divertido gastar una “broma” telefónica repleta de connotaciones sexistas al número dos de Teresa Rodríguez, Francisco Artacho, cuando la actriz porno Amarna Miller se sumó a la campaña electoral del partido, no es un abanderado del feminismo: también empleó el espacio que le proporciona Okdiario para defender el tuit machista publicado por la Policía Nacional en San Valentín, donde se “bromeaba” sobre la “legalidad” de “robar un beso”, legitimando esta forma de acoso sexual. Nada que pueda sorprendernos tratándose de un diario dirigido por Eduardo Inda, donde no se muestran reparos en publicar “noticias” como la “habilidad” de un hombre en “manejar unos pechos generosos” colando pelotas de ping-pong en un escote. En definitiva, parece obvio que, si el mismo medio que hace tan sólo unas semanas se escandalizaba ante una “exposición feminista explícita en el Ayuntamiento de Carmena”, se muestra tan indignado ante el comentario de Iglesias, no es porque le preocupe el sexismo o la violencia sexual.

Una vez aclarado este punto, como personas que luchamos por una sociedad nueva, libre de machismo, de racismo, clasismo y lgtbfobia, en lo que prima centrarse es en esa doble moral que tanto criticamos, pero en la que sin embargo se tiende a incurrir desde la izquierda cuando dichos comportamientos se reproducen desde este lado de la “trinchera”. Esta contradicción incluye respuestas tan deleznables como “Mariló Montero, si no quieres comentarios sexuales no hagas juegos sexuales en público”, encontrada en Twitter, y que tanto recuerda al proverbial “si no quieres que te violen, no te vistas como una zorra”. Aquí es donde se retoma el debate en torno al machismo dentro de la izquierda, lo que Patricia García Espín denomina machismo-leninismo: la aceptación de un “feminismo abstracto”, influida por la revitalización de los feminismos a través de movimientos sociales como el 15M, y el avance -y cuestionamiento- del feminismo institucional. Una aceptación que no termina de ser interiorizada por buena parte de la militancia. No basta con que partidos, organizaciones o sindicatos añadan en sus estatutos y programas reivindicaciones feministas, sino que resulta imprescindible que los compañeros potencien el empoderamiento de sus compañeras y hagan propia la lucha feminista, al tiempo que cuestionan sus propios “privilegios” como hombres: desde una mayor visibilidad pública o una mayor confianza para hablar en una asamblea, a liderar una manifestación megáfono en mano sin temor a comentarios indeseados sobre su apariencia o disponer de menos responsabilidades familiares.

Volviendo al doble discurso, tampoco importa cuánto más terribles pudieran ser los comentarios sexistas de partidos conservadores, otra de las excusas que se han escuchado: reproduciendo comportamientos machistas, incluso de cara a mujeres sin ninguna conciencia de género o que abiertamente perjudican a otras con sus políticas o sus declaraciones, no estamos atacando a la derecha, sino a nosotras mismas y a nuestras compañeras. Es cierto que Montero ha tenido comentarios más que desafortunados sobre la violencia de género -y con respecto a muchos otros temas, en realidad-, pero nada puede justificar el empleo del sexismo como herramienta de deslegitimación. En la “broma” enunciada por la principal cabeza visible de un partido que se denomina a sí mismo “política del cambio”, se palpa el mismo machismo de siempre, no hay nada nuevo en él. En ese sentido, no nos sirve el tuit con el que Ramón Espinar, portavoz de Podemos en el Senado, alega que “Las bromas y conversaciones privadas quedan mal en público porque son eso, privadas”. Su justificación obvia la principal consigna que enarbolara el feminismo radical, allá por los años ’70 -“lo personal es político”-; con la que se pretendía, precisamente, articular de forma política todo aquello que sucede en el ámbito de lo privado: desde la esclavitud doméstica, a las desigualdades en el terreno de la familia y lo sexual. Quienes de veras deseamos cambiar la sociedad procuramos hacerlo ocupando lo público, sí; pero también cuestionando estereotipos y prejuicios en nuestra práctica diaria, en aquellos espacios cotidianos en los que nos desenvolvemos, e incluso de cara a nuestra interioridad, trabajando sobre nuestras propias contradicciones. Es imposible avanzar en un terreno sin hacerlo en el otro: se trata de una cuestión de asimilación de principios que va mucho más que de mostrar cierta “coherencia” de cara a la galería.

No se trata de entender esta crítica desde el moralismo. Algunas de las justificaciones que se oyen en las redes sociales con respecto al comentario de Iglesias, es que la expresión de ciertas fantasías sexuales no son más que eso, fantasías. Sin embargo, el contexto puede marcar la diferencia. En este caso, su comentario se produjo como respuesta a las críticas que le hiciera Montero en su último programa, tachándole de “hombre oscuro”. Más que una fantasía per se, hablamos de la utilización de una práctica sexual como forma de “castigo” ante una discrepancia en un ámbito que nada tiene que ver con el sexo. Dos hombres, leídos cisexuales y heteros, comparten un “chiste” en el que se recurre a una práctica sexual para ridiculizar a una mujer, sobreentendiendo que la dominación en el sexo es una forma de imponerse también más allá de él, y en el que se asocian roles sexuales y roles de género tradicionales. No se refieren a juegos de sumisión-dominación, donde los roles se definen por medio de acuerdos y consenso; sino que se está empleando el imaginario sexual preponderante, todavía de un remarcado carácter sexista, para burlarse de una mujer. Este matiz es reprobable por parte de quienes abrazamos los feminismos, pero también por quienes defendemos el potencial de subversión que podemos encontrar en otras prácticas sexuales “no tradicionales”. Además, si el marco en el que se enunció no fuera el de la fantasía sexual, como se ha publicado, hablaríamos incluso de apología a la violencia de género.

¿Tiene límites el “humor”? Ya lo debatimos a raíz de lo sucedido con Charlie Hebdo. Lo cierto es que, nos guste o no, la interpretación ni siquiera está en manos de quienes emiten el discurso, sino que se ve condicionada por su contexto. En el nuestro, claramente machista y androcéntrico, que dos hombres con enorme visibilidad pública hagan comentarios de este tipo sobre una mujer que ni siquiera está presente, tiene muy poco de subversivo. De hecho, es un tipo de comportamiento masculino al que las mujeres estamos muy acostumbradas en nuestro día a día, y que tiene que ver con la cosificación sexual y con la perspectiva androcéntrica con la que abarcamos la sexualidad, palpable incluso en el lenguaje. Por desgracia, la cultura de la violación es el marco general en el que se encuadran estos comentarios, las publicaciones de Okdiario o incluso la propia Montero y su programa televisivo. Este tipo de “bromas” y expresiones sexistas reflejan el machismo cotidiano, lo que Luis Bonino bautizó como micromachismos, reproduciendo y fortaleciendo estereotipos sexistas. Que ante un desencuentro con una mujer, especialmente con una mujer de ideología diferente, conservadora o directamente de derechas, el primer recurso por parte de quienes se consideran “de izquierdas” sean insultos sexistas y consideraciones acerca de su vida sexual, no es permisible en ninguno de los casos. Contamos con muchos más argumentos para rebatir las ideas y comportamientos de aquellas personas a las que nos enfrentamos políticamente, sin caer en contradicciones de este tipo, “incluso” cuando estas personas sean mujeres.

Es cierto que ninguna organización es una isla de “pureza ideológica”, ni siquiera las de carácter revolucionario y anticapitalista, porque todas ellas se hallan inmersas en el mismo sistema socio-económico que pretendemos cambiar. De otro modo, perderíamos el contacto con nuestro contexto y eso nos impediría intervenir sobre él y sobre su red de opresiones -sexismo, racismo, lgtbfobia, capacitismo…-, y otras discriminaciones que deseamos superar. Por lo tanto, es lógico que se produzcan contradicciones entre la militancia. Sin embargo, y aunque la verdadera transformación social sólo se dé a través de un proceso revolucionario, no podemos esperar hasta momentos históricos concretos para combatir el machismo dentro y fuera de nuestras organizaciones. Lo esperable de un espacio que se considera a sí mismo a favor de la igualdad y la diversidad no es que se evaporen mágicamente estos comportamientos sexistas, sino que cuando cualquiera de sus integrantes caiga en ellos, se abra un debate político que permita avanzar hacia la igualdad. Se trata de una tarea que va mucho más allá de repetir que sin mujeres -y sin todas aquellas identidades que cuestionan el binarismo de género imperante-, no hay revolución. Para lograrlo, necesitamos interiorizar estos principios mediante un constante proceso de deconstrucción personal, que siempre se afrontará mejor si lo llevamos a cabo colectivamente y desde la lucha por nuestros derechos.

La Colectivización

El corazón de la revolución social que surgió como repuesta a la sublevación militar de  julio 1936, fue la colectivización de la industria, los servicios y la tierra. Aunque la CNT  tuvo un papel clave en el proceso, en gran parte la colectivización fue la respuesta  espontánea de  sectores de las masas urbanas y rurales al problema práctico de  cómo mantener la producción y el cultivo.
El centro de la colectivización urbana fue Catalunya, sobre todo Barcelona donde 80%  de la industria y servicios del capital catalán estuvo bajo el control de las personas de clase  trabajadora.
En la mayoría de los casos la decisión de colectivizar fue tomada por una asamblea de  trabajadores y trabajadoras o por el comité sindical de la empresa. Además de colectivizar la  producción, se introdujeron una serie de medidas como la educación técnica, cursos de  alfabetización y la provisión de guarderías (una medida especialmente importante dada  la entrada masiva de las mujeres en los lugares del trabajo durante la guerra).
Para coordinar la producción en al algunos sectores se organizaron federaciones de  industria; la más importante en Barcelona siendo la federación de madera que involucró  unas 8.000 personas trabajadoras y que procedió a una verdadera ‘socialización’ con la  producción basada en las necesidades de la población.

El campo

El proceso de colectivización fue más lejos en el campo. En toda la zona republicana hubo casi 2.000 colectivizaciones agrarias, involucrando más de un millón y medio de personas. En muchos sitios las colectivizaciones organizaron nuevas escuelas y otras actividades culturales en los pueblos. En Valencia, Andalucía y Castilla participaron tanto la CNT como la UGT en su organización.

En el este de Aragón, donde había milicias anarquistas catalanas, las cuales tuvieron un papel clave en su establecimiento, el proceso fue mayor. En muchos pueblos se abolió el dinero, se colectivizaron los talleres y almacenes y se organizó la distribución de todo lo producido según las necesidades de cada familia.

Una de las colectivizaciones más emblemáticas fue la del cultivo de cítricos en el País Valencià que llegó a organizar las exportaciones al extranjero independientemente del estado.

Problemas
En un contexto de guerra las colectivizaciones se enfrentaron a toda una serie de obstáculos: faltaron materias primas y se interrumpieron las comunicaciones. Además hubo problemas de índole político. Aunque no fueron tan comunes como insistiera la  propaganda comunista, hubo casos de colectivización forzada que alienó determinados sectores del campesinado. Más problemático aún, fueron los casos de lo que el POUM  llamó el ‘capitalismo sindical’ – cuando las personas trabajadoras trataron la empresa  colectivizada como su propiedad y no como parte de una economía socializada.
Sin embargo el principal obstáculo fue la hostilidad del gobierno republicano. El Frente Popular, empeñado en presentar al mundo la imagen de una democracia ‘normal’, fue  bastante hostil a la idea de una economía colectivizada. Entonces desde el gobierno se saboteó la labor de muchas colectivizaciones o, sobre todo en la industria, se introdujo  un control estatal nombrando directivos. Incluso, se devolvieron algunas empresas a sus  antiguos propietarios.
El anarcosindicalismo, por negarse a crear un nuevo poder revolucionario, dejó en  manos del Frente Popular las comunicaciones, el comercio internacional, las finanzas y  el orden público.

Ejemplo

A pesar de todo, las colectivizaciones fueron relativamente eficaces. En el campo, al menos durante el primer año de la guerra, se mantuvieron el cultivo y el abastecimiento de la retaguardia y del frente. Asimismo, en muchas industrias la producción no cayó en picado. Incluso en algunos casos cuando los dueños volvieron a Catalunya con las tropas fascistas a final de la guerra encontraron sus fábricas en mejores condiciones que antes de la guerra.

Sobre todo, la experiencia de la colectivización durante e la guerra civil sigue siendo uno de los ejemplos mas ricos de cómo es una revolución social; de como la gente es capaz de organizar por si misma la vida económica.

La prohibición del “burkini”: islamofobia y sexismo

Las prohibiciones al “burkini” se aplicaban en una treintena de municipios franceses cuando una alta instancia judicial las suspendió. Sin embargo, el Primer Ministro Manuel Valls no da el asunto por cerrado, y el antiguo Presidente conservador Sarkozy se propone convertir una nueva ley contra el “burkini” en la pieza central de su campaña por la reelección. (“Burkini” va entre comillas porque este bañador nada tiene que ver con el burka afgano).

Islamofobia transversal
Bastantes de los municipios que no permiten que las musulmanas vayan como quieran a la playa tienen alcaldes de la derecha conservadora, pero algunos son del partido socialista, y otros del partido fascista, el Front National. En el ámbito estatal, no sólo Valls y Sarkozy se han declarado contra el “burkini”; el dirigente de izquierdas, Melenchón, también se ha hecho eco de los argumentos islamófobos.

Lo positivo es que ha surgido oposición desde ámbitos diversos; por una vez bastantes sectores de la izquierda francesa están plantando cara a la islamofobia. La mitad de la gente que asistía a la escuela de verano del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) —que se celebró en una localidad que había prohibido el bañador— participó en una acción de protesta. Incluso la juventud del propio partido socialista se comprometió a combatir la medida islamófoba.

La prohibición no es liberación
Algunos sectores progresistas se han dejado engañar por el argumento de que la prohibición protege a las musulmanas contra una prenda represiva. Pero la prohibición al “burkini” no sólo es racista (porque específicamente ataca a personas musulmanas) sino también profundamente sexista.

Sarkozy rechazó especialmente que “mujeres jóvenes” llevasen este bañador: se supone que tiene interés especial en que éstas dejen ver sus cuerpos en la playa. Un tal Philippe d’Iribarne —director de investigación, nada menos, del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia— centró su crítica en que la forma de vestir de (algunas) musulmanas impedía “lo que los antropólogos llaman ‘el intercambio de mujeres’… un elemento fundamental de un intercambio real” entre grupos humanos. Es decir, la comunidad musulmana “no se integra” porque no pone a “sus mujeres” a la disposición del “otro grupo”. Si esto es liberación de las mujeres, apaga y vámonos.

Incluso muchos argumentos desde sectores realmente feministas son muy cuestionables. Las protestas contra la prohibición exigen que las mujeres tengan el derecho a decidir cómo se visten, sin imposiciones ni prohibiciones. Pero en vez de aceptar esta demanda basada en la democracia y los derechos humanos, algunas feministas levantan grandes dudas filosóficas acerca de si realmente existe la libre elección. Un momento en que policías armados están obligando a mujeres a quitarse la ropa en la playa parece poco adecuado para estas elucubraciones. También sorprende que estas dudas no se apliquen a los tatuajes, a los piercings, a los tacones… todos elementos que —a diferencia de un “burkini”— tienen efectos físicos duraderos. En el fondo, se trata del triste hecho de que algunas feministas occidentales piensan que ellas son capaces de tomar decisiones libres… pero las musulmanas no.

Solidaridad
Afortunadamente, otras feministas, y otra gente en la izquierda y los movimientos en general, sí levanta la voz y se moviliza en solidaridad con las mujeres acosadas, típicamente en acciones que unen a gente musulmana (especialmente a mujeres) y no musulmana.

El jueves 1 de septiembre hubo una protesta en este sentido en Barcelona, organizada por Unitat Contra el Feixisme i el Racisme.